Por: Dra. VANESSA SUÁREZ ZUMAETA – Psiquiatra
Imagínate que llega el primer día de clases después de vacaciones. Como te has apuntado a un curso nuevo y no conoces a nadie, decides sentarte en las últimas filas para no llamar demasiado la atención. Después de cinco minutos, el profesor te pide que te presentes delante de todo el mundo. De repente notas como tu cara enrojece y el temblor invade tu cuerpo y mientras tus nuevos compañeros se van presentando intentas pensar rápidamente en algo que decir. Cuando finalmente llega tu turno, todo el mundo se gira para mirarte. Tu voz tiembla y se entrecorta; hablas rápido y te sientas de inmediato sin saber muy bien qué has dicho; te sientes terriblemente avergonzado. ¿Te suena?
Si esa situación te resulta familiar pero es un mal trago que pasas de vez en cuando, puedes considerarlo sólo TIMIDEZ. Sin embargo, si ya estás pensando en la excusa para no ir a tu primera clase por si piden que te presentes, es muy probable que tengas FOBIA SOCIAL.
La diferencia entre timidez y fobia social es su intensidad. Es normal que en algunas situaciones sociales te pongas nervioso; pero si tu nivel de ansiedad es tan elevado que necesitas evitar esas situaciones, entonces puedes tener un problema.
La FOBIA SOCIAL es el miedo irracional a ser juzgado o rechazado por las demás personas, especialmente por aquellas que todavía no conoces. Se relaciona con el temor a ser el centro de atención y a comportarte de forma humillante; por eso genera ansiedad anticipatoria; es decir, aparece con sólo pensar en la situación.
Este tipo de ansiedad también incluye síntomas físicos que las personas con timidez no suelen padecer, como que te suden las manos, te ruborices, sufras taquicardias, se te seque la boca, te cueste respirar, tartamudees, o tiemble todo tu cuerpo.
Existen dos tipos de fobia social: la específica y la general. La específica es el miedo a una situación concreta, casi siempre a hablar en público, mientras que con la general se teme la mayoría de situaciones sociales.
¿Qué podría suceder si no recibo tratamiento?
La fobia social disminuye la oportunidad de conocer nuevos amigos o posibles parejas; impide tu desarrollo profesional y evita que saques todas las cualidades positivas que llevas dentro.
Con un tratamiento adecuado que incluye psicoterapia que te ayude a cambiar o aceptar lo que piensas y tratamiento farmacológico, en la mayoría de los casos se consigue superar este problema.
¡CUIDA TU SALUD MENTAL!