¿Cómo cuidar mi salud mental en Navidad?


Ni todas las personas son iguales, ni todos disfrutan con las mismas cosas, ni todos comparten por igual el denominado espíritu navideño.

Se presupone que las Navidades son un tiempo de alegría y felicidad, pero para muchas personas son las fechas más difíciles. Aquellos que experimentan problemas de salud mental que conllevan una tristeza profunda, un sentimiento de soledad y de vacío o una incapacidad para conectar con los demás pueden temer a estas fiestas por considerarlas la “peor época del año\\».

Por otra parte, las tensiones familiares, el consumo excesivo de alcohol, la nutrición inadecuada, la soledad física y las preocupaciones por el dinero pueden convertirse, para muchas personas sin problemas mentales, en verdaderos factores de riesgo que elevan las probabilidades de llegar a sufrirlos en esta época.

De hecho, se sabe que esta temporada festiva puede intensificar las enfermedades psíquicas. Basta un ejemplo: cada anuncio, cada imagen, cada canción que evoca a los amigos sonrientes o a la familia reunida pueden aumentar la sensación de soledad en muchas personas, lo que supone un marcado impacto en la salud mental. La literatura científica recoge un aumento de hasta el 40% en el número de suicidios justo después de estas fiestas.

La Navidad, desprovista de sus valores espirituales, se puede convertir en una fiesta reservada sólo para los afortunados de la vida, mientras que para los ‘desafortunados’ puede representar un mayor sufrimiento. Paradójico, tratándose como reza su propio nombre, de la celebración de la llegada del portador del amor, del consuelo y de la esperanza. Las personas que sufren problemas de salud mental necesitan y vibran con la fe y con la esperanza, pero no con la fiesta sin más.

Sugerencias para cuidar tu salud mental:

La primera clave consiste en alterar lo menos posible nuestros hábitos en Navidad. Hacer algo de ejercicio, evitar comidas excesivamente copiosas, planificar el gasto y limitar la ingesta de alcohol puede prevenir sentimientos de culpabilidad y de tristeza posteriores.

La segunda, por supuesto, es generar unas expectativas lo más realistas posibles de las fiestas, entendiendo éstas como un momento de felicidad y de festejo pero también seguramente de situaciones negativas que deben ser asumidas. Solo de esta manera evitaremos decepciones y esperanzas no cubiertas, los dos factores que definen el efecto \\»promesa rota\\».

Pero, lo más importante: Disfrutar de los momentos positivos que traen estas fechas ya que está más que demostrado el efecto protector que tienen las experiencias emocionales con carga positiva a la hora de prevenir problemas emocionales como la depresión.

Desde el servicio de Psiquiatría de Centro Médico del Norte deseo que todos pasen una buena Navidad, pero también quiero recordar a las personas que no están solas, que estamos a su lado y que pueden contar con apoyo cuando lo necesiten.