Te dejo con un regalo de navidad que probablemente NO te hayan hecho antes; una publicación con algunas sugerencias para afrontar situaciones complicadas que puedan presentarse durante estos días entre personas que tienen problemas de salud mental. Aprovecho para mandar en estas fechas un abrazo a todos los supervivientes de la psiquiatría. Seguiremos luchando. Y, además, cada vez lo haremos mejor. ¡Salud y fuerza!
¿Por qué la Navidad puede ser dolorosa para las personas con una historia traumática?
Las fiestas de Navidad vienen acompañadas de potentes mensajes sobre estar juntos, disfrutar y celebrar. Si tu infancia incluyó abuso físico o emocional, abandono, adicciones u otros traumas, estos mensajes pueden minimizar tu experiencia. La mayoría de la gente que ha tenido trauma infantil tiene sentimientos mixtos y complejos sobre estas fiestas. Generalmente, las mismas personas que les querían eran también las que les asustaban y hacían daño. Las personas que han sobrevivido al trauma pueden sentirse avergonzadas de sus emociones; sobre todo si son de ambivalencia respecto a la familia. Las experiencias traumáticas en estas fiestas pueden incluir ver a la persona que abusó de ti física, verbal o emocionalmente en alguna etapa de tu vida. También pueden incluir estar rodeados de miembros de la familia que abusan de sustancias o que tienen cambios de humor impredecibles, que te recuerdan a momentos del pasado en los que te sentiste en riesgo.
¿Qué sucede cuando no se abordan estos sentimientos?
Es posible que las personas con historia de trauma intenten no sentir sus emociones al enfrentarse al estrés de la Navidad. Están en riesgo de desarrollar comportamientos poco saludables para afrontar la situación, sobre todo si están en tratamiento por abuso de sustancias o tienen problemas de salud mental. Las formas más comunes de afrontamiento pueden incluir desde desconectarse a sentirse emocionalmente sobrepasado e irritable, lo cual puede dar lugar a una serie de mecanismos de afrontamiento, como dejar de sentir a través del alcohol, las drogas o las compras, desarrollar desórdenes alimenticios o auto lesionarse. Existe presión para minimizar cómo te hace sentir tu familia y cómo son, y esto puede llevar a la gente a pensar en términos de blanco o negro, idealizando o demonizando. Cuando las personas tienen en cuenta las heridas de su pasado traumático, tienen una oportunidad mejor para cuidar de sí mismas y no implicarse en mecanismos de afrontamiento dañinos y peligrosos.
Navegar por los desencadenantes traumáticos navideños
Es importante prepararse con anticipación y recordar desencadenantes habituales que hayas experimentado en las fiestas, porque es muy probable que se repitan. Te sugiero algunas maneras de cuidarte:
– Limita las visitas: restringe el tiempo de visita a la familia a aquel que te haga sentir cómodo y a salvo, aunque acabe siendo sólo una hora.
– Ten un plan para después: tras la visita, pasa tiempo con un buen amigo, ve a un grupo de apoyo mutuo, o haz actividades que impliquen cuidarte, como ejercicio, meditación, o haz algo que te guste como escuchar música, hacer algo creativo o cualquier otra actividad relajante.
– Haz descansos: da un paseo. Siéntate en la terraza y llama a un amigo. Si la tensión se eleva o te sientes estresado abandona la situación un rato, o despídete directamente.
– Diseña tus propias fiestas: las fiestas no tienen por qué ajustarse al molde tradicional. Si la familia es demasiado estresante, inicia nuevas tradiciones con tus amigos. No te exijas a ti mismo hacer que tus vacaciones parezcan felices ni la experiencia de cercanía con la familia que la sociedad impone.
– Date tiempo, tanto para estar solo como para estar con gente. Rodéate de personas, pero resérvate también tiempo para ti mismo.
– Estate atento a pensamientos tipo blanco/negro. Las fiestas no son completamente buenas o malas. Asegúrate de prestar atención tanto a los aspectos positivos como a los negativos
– Ve con calma y recuerda las cosas fundamentales que te definen. Implícate en cosas que te ayuden a estar tranquilo y te recuerden quién eres. Escucha tu música preferida. Lleva alguna cosa en el bolsillo que tenga un significado especial para ti, de manera que puedas cogerla si te pones nervioso y pueda llevarte a ese momento especial que representa.
Recuerda que eres un adulto, y que puedes elegir. No puedes controlar los actos de los demás, pero puedes controlar tus reacciones, y aprender maneras de mantenerte sano y salvo.
Tienes que saber que puedes sentir tanto tristeza como gratitud durante las fiestas.