Por: Dra. VANESSA SUÁREZ ZUMAETA – Psiquiatra
La vida de una persona con demencia no es sencilla, ni para ella ni para su familia. Hoy vamos a descubrir qué problemas tiene una persona con esta dificultad y cómo se puede mejorar su calidad de vida.
Una persona con demencia puede sufrir diferentes enfermedades como Alzheimer o Parkinson; todas ellas tienen en común la pérdida o debilitamiento de las facultades mentales que se produce de manera progresiva.
Las enfermedades que provocan la demencia son difíciles de sobrellevar, tanto para el propio paciente como para los familiares. Las alteraciones en la memoria y en la razón, así como algunos trastornos de conducta, pueden hacer que la situación se vuelva difícil.
Hoy vamos a descubrir que aspectos debemos tener en cuenta cuando tratemos con un paciente demente; pues, con algunas claves, podemos hacer que su vida sea mucho mejor.
La depresión en la persona con demencia es una enfermedad que suele presentarse con frecuencia debido a la incomprensión de no saber qué le ocurre, las pérdidas de memoria que le desorientan, así como la falta de tacto que pueden tener las personas del entorno que le conducen al desánimo y la melancolía. Muchas familias no saben cómo lidiar con las personas que están en esta situación; es entonces que cometen algunos de los errores que vamos a mencionar a continuación:
- Lo tratan como si fuera un niño. Hablan delante de él como si no estuviera y no se enterase de nada. Asimismo, no mantienen una conversación de adultos con él.
- Le gritan e increpan. Gritarle a una persona con demencia porque hace algo que ni siquiera ella misma sabe por qué lo hace, la hará sentirse culpable y no le ayudará a entender qué es lo que realmente le ocurre.
- No le hacen caso. No hablar de adulto a adulto, gritarle e ignorarle, hará que la persona se sienta sola. Esta soledad le puede llevar a una depresión.
La persona con demencia debe sentirse acompañada y recibir cariño. La familia tiene que hacer un esfuerzo por intentar ponerse en el lugar de la persona con demencia y comprender que las circunstancias son duras para todos.
Necesita sentir que es independiente. A estas personas les ayudará mucho sentir que pueden ser independientes, porque la demencia no implica que la persona que la sufre necesite de todos nuestros cuidados. Hay muchas actividades que puede hacer por él mismo, pero para ello necesitara algo de apoyo.
Por ejemplo: si le cuesta abrocharse los botones de la camisa, probemos a comprarle ropa sin botones. Si es incapaz de atarse los cordones, unos zapatos sin ellos serán ideales.
En el caso de que la persona empiece a tener pérdidas de memoria severas, podemos tomar algunas medidas. Por ejemplo, indicarle dónde está el baño sin tener que decírselo mediante unas letras que indiquen “baño” en la puerta del aseo.
La persona con demencia se puede sentir desorientada y confusa ante las pérdidas de memoria y la incapacidad repentina de no poder hacer algo tan sencillo como atarse los zapatos. Por lo tanto, brindarle este tipo de ayudas la hará sentirse mucho mejor y capaz.
Salir a la calle es necesario. Muchas veces los familiares tienen miedo de que la persona demente salga a la calle por si se puede perder. No obstante, la solución no está en mantenerla en casa, vigilada y sin que haga nada. Esto la llevará a una severa depresión.
En el caso de que nadie pueda estar mucho tiempo pendiente de la persona, se podría contratar a alguien que sí lo hiciese. La persona con demencia puede perderse con facilidad, y si se queda sola en casa, puede salir a la calle por cualquier motivo y no saber, después, cómo regresar.
Sin embargo, es importante que la persona con demencia disfrute de tiempo de calidad con su familia. Ir a dar un paseo al parque o tomar el sol tranquilamente en el jardín son actividades que disfrutará muchísimo.
Para una persona en esta situación es primordial sentir que tiene el apoyo de sus familiares y notarlos cercanos. Esto le ayudará a prevenir el aislamiento y no se sentirá tan sola. Una opción muy buena, además de todo lo mencionado, es llevarla a algún grupo donde se estimulen a los pacientes con este problema y, así, la pérdida de memoria se ralentice y los problemas de conducta mejoren.
La vida de estas personas no es fácil. Sufren muchas limitaciones que no pueden controlar y, menos aún, entender. Por este motivo, brindarle todo nuestro apoyo y hacer lo posible para ayudarle será esencial.