El amor maduro, la comunicación, la confianza y el respeto mutuo son fundamentales para mantener un enamoramiento saludable, además de ser benéfico para la salud integral de la persona. Sin embargo, cuando en una relación predominan los malos tratos, gritos, amenazas e incluso la violencia física, emocional o económica, ya no es una relación saludable. El permanecer en una relación de este tipo está asociado a dependencia emocional, inseguridad emocional, baja autoestima e historia de tolerancia a la violencia, siendo dañino y afectando la salud mental de la persona y su familia.
Las relaciones saludables se construyen paso a paso y están basadas principalmente en el respeto y honestidad mutuas, a diferencia de las relaciones tóxicas, donde prima la necesidad de dependencia, desconfianza, sobre apego y comunicación agresiva. La persona que se hace dependiente emocionalmente piensa y siente que el otro le da lo que necesita y que no puede vivir sin él o ella, teniendo muchas veces carencias afectivas. Esta disfuncionalidad puede presentarse a cualquier edad, desde los primeros enamoramientos.
Generalmente, en las relaciones tóxicas no existe un trato de igual a igual; el poder favorece claramente a uno y desfavorece al otro, ejerciendo el control y dominio sobre el otro.
Para que se establezca una relación tóxica, tienen que juntarse dos tipos de personas: una con actos que demuestran egoísmo, egocentrismo, manipulación y conductas narcisistas, y otra persona susceptible al miedo, desempoderada, que se siente culpable con frecuencia, y vulnerable. Cuando esto sucede se produce una especie de círculo vicioso en la que quedan atrapados, sintiendo dolor, pena y de la que es muy difícil salir, viviendo una relación negativa, colmada de sufrimiento y que les amarga y complica la vida. La persona dependiente emocionalmente se siente indefensa; muchas veces termina involucrada en relaciones con maltratadores, con conductas psicopáticas o manipuladores.
Características de las relaciones tóxicas:
Existe un sufrimiento afectivo que va desgastando la relación y en la que, muchas veces, la persona que ejerce dominio o control da diversas señales negativas hacia la otra persona: presenta celos constantes (desconfía y le molesta que pase tiempo -incluso- con su familia y amigos), control (de horarios, celular, gastos personales, amistades o forma de vestir), desvalorización y menosprecio (le dice frases como “no sirves para nada”, la desautoriza delante de los hijos o personas en general, le resta importancia a sus méritos y virtudes), realiza amenazas y malos tratos. Existe así, presencia de mayores conflictos. Tiene descontrol de la ira y realiza agresiones verbales y físicas.
Asimismo, muchas veces las personas permanecen en estas relaciones debido a algunas circunstancias, como baja autoestima, miedo a la soledad, creer que la pareja puede cambiar su manera de ser, creer que “nadie me va a querer”, “jamás podré dejarlo o dejarla”; todo esto como señales de dependencia emocional, miedo a salir de la relación o por la dependencia económica.
Relación saludable:
Las relaciones afectivas saludables se aprenden desde el seno familiar, al ver modelos y roles afectivos en nuestros padres o adultos de nuestro entorno. En una relación saludable las personas se respetan, se tienen confianza y se apoyan, buscando resolver juntos los conflictos. Esto significa que pueden compartir sus ideas y sentimientos en forma abierta. También se sienten libres de ser uno mismo, actuando con madurez emocional, ejerciendo saludablemente sus habilidades sociales.
Generar una relación positiva y llena de confianza requiere de esfuerzo y tiempo. Para que una relación sea sólida y se mantenga de esta manera, debe tener hábitos saludables, tales como comunicación: es una de las características claves más importantes para mantener activa la relación; respeto: mantener una relación feliz significa respetar el tiempo, su personalidad y confiar en la pareja; tiempo de calidad: lo cual implica permitirse estar en pareja, aparte del tiempo con los hijos, de forma cotidiana; independencia: si bien pasar tiempo con tu pareja es importante, de la misma manera pasar tiempo solos y seguir desarrollándose también es vital. Establecer límites saludables con su pareja generará una relación que dure en el tiempo.
¿Cómo tener una buena relación de pareja?
Iniciar una relación de pareja es una decisión que se realiza como el acto de amor de dos personas de compartir situaciones, momentos de su vida. Nunca debe de hacerse por huir de la soledad o para conseguir seguridad emocional o económica en otra persona. Es muy frecuente dejarse llevar por la atracción o pasión, las apariencias, o por lo que creemos ver en la otra persona. Esto precipita los problemas que surgen hacia el fracaso ya que una pareja no puede conocerse verdaderamente.
Recomendaciones:
– Si ha pasado por una relación tóxica, es primordial que fortalezca su autoestima y cuide sus emociones. Rehacer su vida es posible, pero primero cuidando de si y trabajando internamente para sanar. Muchas mujeres violentadas, por ejemplo, pueden llegar a sufrir de ansiedad, depresión y abusar de alcohol u otras drogas. Las personas agresoras también requieren atención especializada.
– Acuda a un especialista en salud mental. Recuerde que si vive una situación de violencia puede llamar a la línea gratuita 100, escribir al chat 100 y acudir a denunciar la violencia lo antes posible a la comisaría cercana de su distrito.