Por: Dra. VANESSA SUÁREZ ZUMAETA – Psiquiatra
“Cuando no estás cerca… tengo la misma sensación de cuando era joven e intenté suicidarme. Me siento perdida sin ti, como si me hubieran abandonado” Confesó Angelina Jolie a su marido.
La propia actriz ha revelado a los medios de comunicación una historia larga de autolesiones e intentos de suicidio, así como temores a ser abandonada que aparecieron ya en la infancia.
Estos y otros síntomas constituyen lo que en psiquiatría se llama Trastorno Límite de la Personalidad o Trastorno Borderline. Es un problema de salud mental que se caracteriza por la inestabilidad en las relaciones interpersonales, en las emociones y en la imagen que uno tiene de sí mismo, así como una notable impulsividad.
Este problema abarca entre el 10 y 20% de los pacientes que acuden a consultas médicas y centros de salud mental. Es más frecuente en mujeres, rondando el 75% de los casos.
¿Cuáles son los síntomas?
Para considerar que una persona tiene un Trastorno Límite, debe presentar al menos cinco de los siguientes síntomas:
- Esfuerzos e intentos desproporcionados por evitar que una persona le abandone. Ese abandono a veces incluso solo está en su imaginación, pues la persona no tiene intención de marcharse.
- Presencia de relaciones interpersonales inestables e intensas en las que a una persona conocida se le percibe maravillosa y de pronto resulta ser odiosa o decepcionante.
- Alteración de la identidad, dificultad para reconocer quién eres y cómo eres.
- Impulsividad en al menos dos ámbitos: gastos excesivos, promiscuidad, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida, entre otros.
- Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de autoagresión.
- Inestabilidad afectiva; es decir, cambios en el humor, como por ejemplo episodios de intenso ánimo depresivo y episodios de irritabilidad o ansiedad, que duran horas o días.
- Sentimientos constantes de vacío.
- Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
- Ante situaciones estresantes, sensaciones de ser tratado injustamente, atormentado o perseguido, o incluso experiencia de cambios en la conciencia, fallos de memoria, entre otros.
¿Cuáles son las causas?
Aunque la tendencia es la de detectar y diagnosticar este problema de salud mental en la edad adulta, hay evidencias suficientes que indican que comienza a desarrollarse en la infancia y adolescencia. Hay estudios que alertan de que los adolescentes que acuden a consulta, entre un 11 y 22% muestran síntomas.
Puede surgir como producto de la herencia (padres con el mismo trastorno de personalidad u otros problemas mentales graves), la genética y las experiencias traumáticas (principalmente abusos sexuales) y/o las vivencias de un apego o vínculo inadecuado en la relación padres-hijo, que haya tenido lugar desde temprana edad.
¿Cómo puedo actuar?
Si experimentas estas dificultades que te están impidiendo llevar una vida sana y feliz, es muy recomendable que pidas ayuda.
Acude a un médico especialista en SALUD MENTAL, que te permita un mejor conocimiento de ti mismo y la posibilidad de desarrollar estrategias para afrontar tus necesidades.
¡Muy importante! Si la situación en la que te encuentras pone en riesgo tu vida o la de otros, acude directamente a un servicio de emergencia.