BRISA PASAJERA
Mirar el paisaje compromete un punto de vista. Implica un discurso de transferencias y confrontaciones que el mismo creador, en sus composiciones y su paleta mágica, revela. Espacio y perspectiva, atmósfera y aura.
El paisaje es una “experiencia de viaje” muy rica en detalles. El artista elige, con un ojo adiestrado, ejercicios continuos y memoria visual, los efectos de luz/color, a menudo pasajera, que luego de filtrarla con sus vivencias, dará a la obra, la intensidad deseada. Busca la expresión del sentimiento que la naturaleza le inspira, pero se enfrenta a la fugacidad del tiempo que lo lleva a meditar. Además subyace en la acción, una sacralidad y un mito.
Aparece un croquis del lugar. Una foto… y una idea a desarrollar en taller, queriendo llegar al público para cerrar el círculo. Sentir, pensar, ser y estar. Integrarse a la totalidad que la experiencia implica, y viajar cual brisa pasajera, como corresponde, en la transparencia de las interconexiones.
Este conjunto de obras, en su mayoría temas norteños, inspiraron a los artistas Carlos Lamas y Rodolfo Llaja en su último viaje por el norte del país.
La muestra se inaugura el miércoles 23 de marzo en la Real Casa Bracamonte, a las 7:30 p.m
