¿Cómo ayudar a una persona con ansiedad?


Casi todos nos hemos sentido ansiosos en algún momento de nuestra vida. Así, pues, sabemos que ese estado de malestar, sensación inquietud, hiperactivación y nerviosismo es altamente desagradable, y por lo general es algo que no queremos experimentar.

Ahora bien, salir de un estado de ansiedad puede no ser tan fácil como parece. De hecho se trata de algo complicado, especialmente si lo que nos da es una crisis de ansiedad. Imaginemos ahora que quien la sufre no somos nosotros, sino otra persona que nos importa. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo ayudar a una persona con ansiedad? Hablaremos de ello a lo largo de este artículo.

Ansiedad: ¿qué es?

Para poder pensar cómo ayudar a una persona con ansiedad primero debemos saber y entender el tipo de situación por la que está pasando.

Damos el nombre de ansiedad a un estado de malestar subjetivo de origen emocional asociado a activación fisiológica (palpitaciones, sudoración, temblores, agitación), lo que, a su vez, tiene un efecto sobre la conducta.

La existencia de cierto nivel de estrés y ansiedad es habitual en nuestra sociedad, pero lo cierto es que a menudo la ansiedad puede llegar a elevarse de tal modo que puede llegar a desbordarnos, a veces –incluso- de manera sorprendente y sin que haya un aviso previo. Es el caso de lo que nos ocurre cuando tenemos una crisis de ansiedad.

¿Cómo ayudar a personas con ansiedad?

Apoyar a alguien que está sintiendo cierto nivel de ansiedad requiere de una aproximación adecuada a su situación. En primer lugar hay que valorar si existe un porqué de dicha reacción emocional, para poder ir actuando poco a poco para rebajar su nivel de tensión. En este sentido podemos realizar algunas recomendaciones.

1. Anímale a comunicar sus sensaciones

Muy a menudo sensaciones y emociones consideradas como negativas, como la tristeza o la ansiedad, tienden a ser ocultadas o poco expresadas. Una buena vía para reducir el nivel de tensión de quien está ansioso es permitir que esta emoción se exprese de alguna manera. En este sentido puede ser de utilidad hablar con él, o ella, respecto a su situación.

2. Actividades expresivas y liberadoras de energía

Probablemente, cuando hemos estado ansiosos una de las maneras de reducir este malestar ha sido la de hacer algo que nos permita desfogarnos. Ello también puede servir para que otros lo hagan.

Entre las diferentes actividades a realizar destacan aquellas que permitan descargar de verdad nuestros instintos, como, por ejemplo, la realización de ejercicios, la práctica del boxeo, cantar, gritar o bailar. También puede ser de utilidad escribir o pintar, evitando una racionalización excesiva y dejando que las cosas surjan y fluyan de manera natural.

3. Ayúdale a valorar sus preocupaciones

Son muchos los aspectos de nuestra vida que nos pueden llegar a generar ansiedad. Sin embargo, en ocasiones la focalización en estos aspectos puede llegar a ser extremadamente desadaptativa e impedirnos un funcionamiento normal. Puede ser de utilidad contribuir a hacerle valorar sus preocupaciones, así como la manera en que se relaciona con ellas y cómo le afectan.

Es importante no hacer esto desde la crítica ni disminuyendo la importancia de sus pensamientos (puesto que al fin y al cabo si generan ansiedad es porque le importan), sino de manera reflexiva y proponiendo si realmente la preocupación o evitación de situaciones resulta una ventaja o una desventaja en su día a día.

4. Proponer interpretaciones alternativas

Otro aspecto que puede ser de utilidad y que de hecho es utilizado en terapia es la de proponer buscar interpretaciones alternativas a nuestros pensamientos y preocupaciones, así como a posibles pensamientos perturbadores que nos resulten disfuncionales o especialmente limitadores.

5. Usa técnicas de relajación

Las técnicas más habituales en lo que respecta a la ansiedad son las de relajación, dentro de las cuales destacan las de respiración y las de relajación muscular.

Este tipo de técnicas nos permiten focalizar la atención en determinadas sensaciones, o bien acostumbrarnos a pasar de estados de tensión a otros de relajación, de tal manera que se disminuye y se previene la posibilidad de sufrir una crisis, a la par que se consigue rebajar la actividad nerviosa y tranquilizar al cuerpo y la mente.

En este sentido es posible indicar la posibilidad de realizar alguna variante de este tipo de técnicas, incluso en grupo.

6. Recomienda ayuda profesional

En el caso de que estemos ante un trastorno de ansiedad, estas recomendaciones pueden quedarse algo cortas y suele ser recomendable acudir a ayuda profesional. En este sentido puede ser buena idea intentar ayudar a buscar un psiquiatra, dado que muchas personas pueden no atreverse a dar el paso.