Atención médica todos los días de la semana, desde cualquier lugar y en todas las especialidades médicas, sin riesgo de contagio por COVID-19, son algunas de las ventajas de la telemedicina, oficializada en el país desde el 2005, y que en este tiempo de emergencia sanitaria se ha convertido en una ayuda indispensable para atender diferentes especialidades de salud, según Geraldine Guzmán, directora de la carrera de Obstetricia de la Universidad Privada del Norte (UPN).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 23 médicos por cada 10 mil habitantes para garantizar una adecuada atención del servicio, sin embargo, en el Perú solo existen 13 médicos por la misma cantidad de pobladores, convirtiéndose en un “reto pendiente”. “La telemedicina es una oportunidad para que los profesionales atiendan a una mayor población a través del uso de la tecnología como el internet y teléfonos celulares, entre otras herramientas de comunicación”, sostuvo Guzmán.
La especialista de UPN explicó que el reciente Decreto Legislativo N°1490 de mayo 2020 abrió las posibilidades de atención remota para cubrir las necesidades de las personas ante la emergencia sanitaria que vive el mundo. “En estos momentos es fundamental el aporte que brinda la telemedicina porque el profesional puede prevenir enfermedades con la detección de dolencias, manejar la recuperación y rehabilitación hasta monitorear el cuidado paliativo de un paciente mientras se facilita el acceso a los servicios de salud a la población”, explicó Guzmán.
Indicó que los centros de salud se vieron obligados a brindar servicios de teleconsulta e interconsulta a raíz de la declaratoria de emergencia nacional y en cualquiera de estas prácticas: telemonitoreo, orientación y gestión para no desatender necesidades de las personas. “Fue la mejor opción para evitar que la población se traslade hasta el centro y se exponga al riesgo de contagio o contraiga otras enfermedades que perjudiquen su salud”, agregó.
La experta de UPN agregó que la pandemia se convirtió en la ocasión para implementar otras herramientas como mensajería instantánea (chatbots) y aplicaciones (apps) que agilicen los procesos de consulta de pacientes. “La telemedicina es uno de los principales retos de salud pública y privada, para la atención de enfermedades crónicas o degenerativas. Incluye la demanda creciente de usuarios e impulsa a mejorar el déficit de especialistas en determinadas localidades, sobre todo en sectores de extrema pobreza”, manifestó la directora de la carrera.