Mi pareja quiere terminar la relación, pero yo no


Por: Dra. VANESSA SUÁREZ ZUMAETA – Psiquiatra

Actualmente, la mayoría de parejas no suele durar tanto como antes. La sociedad ha cambiado y, en consecuencia, las relaciones también. Antes, aunque las parejas atravesaran momentos de dificultad, hacían lo posible para permanecer juntas y se consideraba de forma literal la frase: “Hasta que la muerte nos separe”. Ahora somos más independientes, lo que hace que muchas veces uno de los dos se atreva a dejar la relación. Cuando el amor ya no es correspondido nos encontramos ante una difícil situación. Se tiende a pensar mucho en el tiempo perdido, en posibles soluciones y en cómo vivir la vida sin compañía.

Indicios de que mi pareja quiere terminar la relación

¿La persona que amas ya no es feliz a tu lado? Te daré cinco datos que te ayudarán a identificar si tu pareja quiere terminar la relación, incluso si no te lo dice.

Ya no te busca: No se interesa en pasar tiempo a tu lado y no asiste o te da cualquier excusa para zafarse de compromisos que impliquen pasar un tiempo juntos.

Cambios en la comunicación: Las conversaciones ya no son fluidas, con frecuencia le molesta que le cuentes lo que te pasa y las charlas se limitan a un “buenos días” y un “buenas noches”.

Discute constantemente: Cualquier tema es motivo de disgusto y conflicto.

Habla de cambios: Si te comenta sobre planes que implicarán lejanía física y no te incluye dentro de esos proyectos, no quiere estar contigo.

Dejas de escuchar la frase “te amo”: Las expresiones de amor han ido desapareciendo de las conversaciones y no se asoman ni siquiera como respuesta a tus palabras de cariño.

¿Qué hacer?

Cuando el amor aún está latente, es normal que nos genere miedo enfrentarnos al hecho de que pase por la mente la idea de que “mi pareja quiere terminar”. Nos resulta difícil decirle adiós a la persona de la cual estamos enamorados.

No te culpes: Cuando alguien quiere renunciar a su pareja, no se debe únicamente a la otra persona. Existen muchos motivos. Darse golpes de pecho no hace más que aumentar el estrés y la tristeza que provoca la decisión.

No hagas pronósticos negativos: Generalmente, cuando una relación se acaba se percibe la angustia de pensar que no podremos vivir sin la pareja. No hay manera de saber el futuro. De hecho, hay vínculos que prosperan estando separados.

Busca la felicidad: El finalizar una relación puede ser el principio de una nueva etapa, incluso más satisfactoria. Enfócate en actividades que te hacen feliz; también puedes retomar planes que habías dejado a un lado por la relación amorosa.

No seas su terapeuta: Aunque pienses que tu pareja sólo está pasando por una crisis existencial y quizás únicamente requiera un poco de tiempo, no eres la persona ideal para resolver el asunto. No es productivo estar escuchando cada detalle de su ambivalencia o permanecer contándole los de tu dolor emocional.

No lo persigas: Todos los seres humanos tienen derecho a su libertad y a estar con las personas que quieren sin ser presionados. Tu pareja no es la excepción a esta regla, y perseguirlo lo alejará más.

Cuando se dice adiós: Debes ser consciente de que ninguna pareja tiene su continuidad asegurada y nadie puede decir lo contrario. Es mucho mejor decir adiós que aferrarse a un sentimiento que ya no tiene razón de ser.

Aunque al principio pueda presentarse baja autoestima, vacío, desesperación, desánimo e inseguridad, conforme el tiempo pasa, la ausencia de esa persona se hace más llevadera y la vida vuelve a tener sentido. Deja que el tiempo cure las heridas emocionales, agradece lo vivido y ábrete a nuevas experiencias.